Jueves, 28 Marzo 2024

Proyectos individuales de la 33ª Bienal de São Paulo

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Invitado por la Fundación Bienal de São Paulo para desarrollar el proyecto de la 33ª edición, Gabriel Pérez-Barreiro selecciona los proyectos individuales que componen la exposición junto a muestras colectivas organizadas por siete artistas-curadores. El modelo busca alternativa al uso de temáticas en la curaduría y privilegia la mirada de los artistas sobre sus propios contextos creativos

Afinidades afectivas inspirado en el titulo de la novela Afinidades(1949), de Juan Wolfgang von Goethe, y por la tesis "De la naturaleza afectiva de la forma en la obra de arte" (1949), de Mário Pedrosa, la 33aBienal de São Paulo pretende valorar la experiencia individual del espectador en la apreciación de las obras en vez de un recorte curatorial que condiciona una comprensión preestablecida. El título no sirve como direccionamiento temático para la exposición, pero caracteriza la forma de concebir la muestra a partir de vínculos, afinidades artísticas y culturales entre los artistas involucrados. Como en el texto de Mário Pedrosa, hay una propuesta de investigación de las formas por las cuales el arte crea un ambiente de relación y comunicación, pasando del artista al objeto y al observador. La presencia, atención e influencia del medio son las premisas que orientan la curaduría de esta edición, en una reacción a un mundo de verdades prontas, en el cual la fragmentación de la información y la dificultad de concentración conduce a la alienación ya la pasividad.

Con ese telón de fondo, la 33ªBienal de São Paulo estará compuesta por la suma de proyectos individuales seleccionados por Gabriel Pérez-Barreiro a siete muestras colectivas concebidas por los artistas-curadores ya anunciados: Alejandro Cesarco (Montevideo, Uruguay, 1975); Antonio Ballester Moreno (Madrid, España, 1977); Claudia Fontes (Buenos Aires, Argentina, 1964); Mamma Andersson (Luleå, Suecia, 1962); Sofia Borges (Ribeirão Preto, Brasil, 1984); Waltercio Caldas (Rio de Janeiro, Brasil, 1946) e Wura-Natasha Ogunji (St. Louis, EUA, 1970). 

La selección de Gabriel Pérez-Barreiro trae proyectos comisionados por ocho artistas (Alejandro Corujeira, Bruno Moreschi, Denise Milan, Luiza Crosman, Maria Laet, Nelson Felix, Tamar Guimarães, Vania Mignone), una serie icónica de Siron Franco y homenajes a tres artistas fallecidos: el guatemalteco Aníbal López, el paraguayo Feliciano Centurión y la brasileña Lucia Nogueira.

Política, sexualidad y exponente femenino
Dado que Pérez-Barreiro propone un modelo curatorial que evita aproximaciones temáticas, más que cuestiones de lenguaje o conceptuales, los tres artistas homenajeados tienen en común la actuación durante los años 1990 y el hecho de haber fallecido precozmente. "Esa fue la primera generación latinoamericana en hacer un arte libre de la opresión de los regímenes totalitarios de las décadas anteriores", explica Pérez-Barreiro. Son obras exentas de la necesidad de trabajar de manera codificada u oculta, pasando a un mayor énfasis en la expresión de la subjetividad como acto político.

De acuerdo con Pérez-Barreiro, el homenaje a estos tres artistas, con cerca de 30 a 40 obras destacadas dentro de la trayectoria de cada uno de ellos, fue una manera de repensar los llamados núcleos históricos de la Bienal de São Paulo, que marcaron la exposición hasta la fecha

26ªedición (2004) y que él considera una peculiaridad positiva en relación a las otras exposiciones estacionales alrededor del mundo. "Yo quería artistas que fueran históricos, pero al mismo tiempo no consagrados, o sea, que esos núcleos no fueran sólo la reiteración de nombres que ya conocemos. "Los artistas homenajeados son poco conocidos en América Latina, pero son exponentes de su generación, entonces traerlos a la Bienal es una forma de rescatarlos de la desaparición de la historia del arte y mostrarlos para las nuevas generaciones", dice Pérez-Barreiro . Para el curador, la realización de esas exposiciones también significa una contribución expresiva de la Fundación Bienal en la investigación, catalogación y recuperación de los acervos de esos artistas.

Aníbal López (Ciudad de Guatemala, Guatemala, 1964-2014), también conocido como A-153167, el número de su cédula de identidad, fue uno de los precursores de la actuación en su país. Su obra, que incluye video, performance, live acte intervenciones urbanas, entre otras formas de expresión, tiene fuerte carácter político y se vuelve a cuestiones de disputas entre fronteras nacionales, culturas indígenas, abusos militares y hasta del mercado de arte. Registros en video y fotografías de acciones efímeras, realizadas como forma de protesta a la objetivación y fetichización del arte, componen la muestra.

El universo queeré abordado con delicadeza por Feliciano Centurión (San Ignacio, Paraguay, 1962 - Buenos Aires, Argentina, 1996), que dejó su país natal, Paraguay, para radicarse en Argentina, donde se hizo exponente de la llamada generación "Rojas" (primeros artistas a exponer en la galería del Centro Cultural Rector Ricardo Rojas, de la Universidad de Buenos Aires) hasta que fue víctima por complicaciones derivadas del SIDA, a los 34 años. Centurión trabajaba primordialmente con tejidos y bordados, incorporando piezas como pañuelos y crochés comprados en ferias porteñas. Descendiente de una familia de bordadoras, se apropia de prácticas artesanales como lenguaje artístico para expresar elementos de su historia personal a partir de una tradición familiar común en la cultura paraguaya.

En la actualidad, la goiana Lucia Nogueira (Goiânia, Brasil, 1950- Londres, Reino Unido, 1998) es una figura esencial para comprender el arte británico dadoel desarrolló de su carrera internacionalmente reconocida. Sus esculturas e instalaciones, foco de la individual incluida en la 33ª Bienal, subvierten el utilitarismo de objetos con un humor sutil, tanto por la asociación inusitada entre elementos como por el juego semántico constantemente presente en sus títulos, creando una atmósfera de extrañeza y poesía.

Proyectos individuales
Proyectos individuales de nueve artistas, de los cuales ocho fueron especialmente comisionados, completan la selección de Pérez-Barreiro. El único que exhibe un trabajo histórico es Siron Franco (Goiás Velho, Brasil, 1950), con la serie de pinturas Césio / Calle 57. En ella, Franco eterniza la impresión de horror y aislamiento causada por el accidente radioactivo ocurrido en 1987 en el Barrio Popular, en el caso de que se produzca un accidente en el que se haya producido un accidente en la ciudad de Río de Janeiro, en el estado de Paraná, con el elemento Césio 137. Nacido y criado en aquel barrio, el artista regresó a su ciudad natal poco después del accidente, en contra de la población local, dejando definitivamente el eje Rio-São Paulo. Sus registros de la catástrofe ambiental marcaron un giro en su carrera, antes de temática irónica, para una alegoría de la catástrofe a través de elementos simbólicos.

El pigmento de algunas pinturas de la serie proviene de la tierra de Goiânia, que muchos creían estar contaminadas por la sustancia radiactiva. Las ropas insertadas en algunas de las pantallas recuerdan a las cuatro primeras víctimas del accidente, entre las cuales un niño. En tiempos de desastres ambientales como el rompimiento en 2015 de la represa de Fundão, en Mariana, el debate levantado por la obra de Siron Franco permanece tristemente actual.

Los ocho artistas con proyectos comisionados tienen en común el desarrollo de trabajos que no encajan en una estructura temática. "Son investigaciones complejas que funcionan individualmente y no necesitan un contexto adicional para que el espectador se relacione con los trabajos", explica Pérez-Barreiro.

El porteño Alejandro Corujeira (Buenos Aires, Argentina, 1961) posee una concepción formal ligera y fluida, que parece querer captar el movimiento de la naturaleza. Él tendrá esculturas y pinturas presentadas en la muestra. Denise Milan (São Paulo, Brasil, 1954) crea esculturas e instalaciones con grandes piedras y cristales. En la 33ª Bienal, la artista exhibirá nuevos trabajos en esos formatos.

En el caso de la obra de María Laet (Río de Janeiro, Brasil, 1982), que exhibirá un nuevo vídeo en la 33aBienal, y de Vania Mignone (Campinas, Brasil, 1967), que traerá pinturas inéditas. Nelson Felix (Río de Janeiro, Brasil, 1954), que en su "trabajo formal parece materializar una conciencia planetaria", en las palabras de Pérez-Barreiro, mostrará una nueva instalación escultórica.

Las investigaciones de Bruno Moreschi (Maringá, Brasil, 1982) y Luiza Crosman (Río de Janeiro, Brasil, 1987) se relacionan con la corriente de la crítica institucional y soportes artísticos tradicionales. "Con esos artistas tendremos, dentro de la exposición, una mirada crítica sobre cómo funciona el arte, es exhibida y justificada", afirma Pérez-Barreiro. A partir de un enfoque personal y poético, Tamar Guimarães (Viçosa, Brasil, 1967), que une un enfoque crítico sobre las instituciones a preocupaciones poéticas y narrativas, presentará un nuevo vídeo.

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Gráfica y publicación educativa
La 33ª Bienal lanza el cartel de esta edición, proyectado por Raul Loureiro, que utilizó sus afinidades como motivos gráficos para la comunicación visual de la muestra, junto a la divulgación de los nombres seleccionados por Gabriel Pérez-Barreiro. El cartel de la exposición está constituido de la reproducción de la obra Formas expresivas (1932), de Hans (Jean) Arp, una pintura con madera en relieve, acompañada por elementos tipográficos. La identidad visual adopta la familia tipográfica Helvetica, que prioriza la claridad y la neutralidad de significados, y enfatiza el número 33 como elemento de su concepción.

La 33ª Bienal presenta su publicación educativa, elaborada por el equipo de la Fundación Bienal con consultoría de Lilian L'Abbate Kelian y Helena Freire Weffort. Bajo el título Invitación a la atención, apunción parte de una discusión acerca de la atención para proponer actividades distintas, que pueden realizarse individualmente o en grupos. En busca de contrarrestar la dispersión causada por el inmenso volumen de información e imágenes a que estamos sometidos diariamente, se crearon ejercicios que configuran una invitación a estar atentos a la experiencia con el arte. La pieza, con collages inéditos hechos por el artista-curador Antonio Ballester Moreno propone un conjunto de experiencias cuyo uso no está restringido a la 33ª Bienal, sino a diversas obras y contextos.

La Fundación detrás de la 33ª Bienal
La propuesta presentada por Gabriel Pérez-Barreiro y seleccionada por la Fundación Bienal para la 33ª edición de la muestra encuentra resonancia no sólo en la vocación propia pero también en el desafío de mantenerse contemporánea en pleno siglo 21. Al cuestionar modelos establecidos y repensar la propia forma de hacer exposiciones de arte a gran escala, el proyecto va al encuentro de la actividad cotidiana de la Fundación Bienal, que consiste en mirar siempre para el nuevo sin perder de vista sus más de seis décadas de historia.

"Además de un conocimiento extensivo sobre arte latinoamericano, Gabriel Pérez-Barreiro demostró desde el principio un deseo de experimentar nuevos formatos y concentrar sus esfuerzos en la relación del público con el arte. Su rigor alineado a la capacidad de experimentación son dignos de nuestro entusiasmo ", dice João Carlos de Figueiredo Ferraz, presidente de la institución.

En pleno proceso de desarrollo de la 33ª edición, la Fundación Bienal trabaja también en la articulación con museos e instituciones culturales a fin de ampliar la capilaridad de sus acciones. Además, la Bienal es poseedora de un archivo con más de un millón de documentos cuyo contenido lo califica como uno de los principales acervos sobre historia del arte moderno y contemporáneo de América Latina. Desde 2015, la Fundación Bienal viene realizando inversiones sistemáticas en el tratamiento documental: identificación y reubicación de los materiales por colecciones, higienización, clasificación y catalogación, investigación y revisión de datos y desarrollo de un banco de datos para gestión y difusión de los acervos.

33ª Bienal de San Pablo - Afinidades afectivas
del 7 de septiembre a 9 de diciembre de 2018 Pabellón Ciccillo Matarazzo, Parque Ibirapuera

www.bienal.org.br 

 

Imagen: 

Artista [artist]: Feliciano Centurión
Título [title]: Luz divina del alma [Luz divina da alma / Divine Light of the Soul], c. 1996
Técnica [Technique]: Travesseiro bordado a mão [Hand embroidered pillow]
Dimensões: 22,2 cm x 38 cm x 7,3 cm aprox. [dimension: 22.2 cm x 38 cm x 7.3 cm approx.]
Coleção [collection]: Blanton Museum of Art (purchased with funds provided by Donald R. Mullins, Jr., 2004 – 2004.174)
Foto [photo]: Rick Hall

 

 

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