Jueves, 28 Marzo 2024

Primer Salón Virtual de Fotografía con Imagen y/o Intervención Textil 

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Salón Virtual de Fotografía con Imagen y/o Intervención Textil 
Primera entrega sábado 23 de mayo
http://www.caat.org.ar/

 

 

El Salón Virtual de Fotografía con Imagen y/o Intervención Textil  surge en plena emergencia epidemiológica global por COVID-19, ante medidas extraordinarias de control sanitario y aislamiento preventivo que atraviesan todos los ámbitos sociales. En este contexto de gran incertidumbre y de interrupción forzada de la vida extramuros, el Centro Argentino de Arte Textil propone un espacio virtual de exhibición que funciona como un lugar de encuentro entre artistas textiles, cuyas obras dialogan en torno al eje de la pandemia y la vida en cuarentena.

La presente selección se organiza en diversos núcleos que constituyen abordajes creativos de una experiencia compartida, pero transitada subjetivamente y expresada de manera singular. Frente a una misma realidad de distanciamiento y encierro, vemos emerger una variedad de producciones que tematizan lo urbano, la naturaleza y los vínculos sociales, en paralelo a creaciones que manifiestan una preocupación por la alteración del cuerpo, de la intimidad y de la vida cotidiana (aquella“normalidad”tan prosaica que en este momento resulta lejana e inasible, transformada en algo casi sublime).

Tomando como punto de partida el espacio donde el virus ha tenido mayor incidencia, el núcleo La urbe aborda lo metropolitano en distintos niveles: la vitalidad y el ajetreo de los centros comerciales en la antesala de la pandemia (Rodríguez/ Teglio), la arquitectura, la escultura pública y la ingeniería civil como productoras de hábitats (Bayá/ Kortiuk/ Trigub) y las curiosas disposiciones edilicias desde una vista aérea del entramado urbano (Leal). Este conjunto de obras revela una presencia dispar del elemento humano, cuya progresiva omisión refleja el actual panorama desolado de las metrópolis como eventuales“zonas de exclusión”.

Remitiendo a la tradicional dicotomía urbano-rural, el núcleo La naturaleza coloca al ser humano en un lugar de humildad o inocencia ante lo inconmensurable del paisaje natural (Castaño/ Majorel). Dentro de este segmento, se advierte nuevamente la tendencia hacia el borramiento de la presencia humana, convertida en huella efímera dentro de un mundo de ausencias (Khoury/ Nirino/ Redruello). Por otra parte, una serie de obras transforman o recrean imágenes botánicas proponiendo distintos estilos de intervención textil (Cabrera/ Chiacchio/ Martin del Campo), con un trabajo en torno al simbolismo del tiempo y a los conceptos de movimiento y reparación.

En relación con El cuerpo, se observan imágenes de reminiscencia quirúrgica (Francisca/ Franco), pero atravesadas por la idea de sanación y reconstrucción luego de un desangramiento físico o espiritual. En este núcleo, hallamos también retratos parcialmente velados, cuya expresividad se concentra en la mirada (Álvarez/ Beer/ Btesh/ Caro), así como variantes del género autorretrato adaptadas al actual acorazamiento del rostro, donde éste es reemplazado por un detalle del torso desnudo (Zaccaria) o sustituido metonímicamente por barbijos: elementos protectores y signos de esta época (Pérez Santángelo).

Otras corporalidades están marcadas por la presencia de líneas de expresión literalmente cosidas, inscriptas de manera permanente en el rostro (Machado Rodríguez), y por cicatrices presentadas bajo la forma de suturas (Rivero) o de tatuajes “bordados”en la piel (De Souza Coelho). Este núcleo incluye, a su vez, representaciones

de una belleza etérea y atemporal (Baum/ Beninati/ Onetti/ Orlando), en las que lo textil funciona como un atributo de distinción. De igual sutileza, una niña de aspecto alienígena nos hace pensar cuál es la percepción del otro y de uno mismo en situaciones de aislamiento (Medina). Por otra parte, el cuerpo en tanto esqueleto o maniquí evoca figuras alegóricas como la muerte en forma de peste (Miazzo), o la dicotomía sagrado-profano en forma de ángeles y faunos (Sabogal).

Vislumbrada en el núcleo previo, La subjetividad es plasmada fundamentalmente en el plano de lo discursivo: desde la alusión al diario íntimo (García) o el “trazado” de hilos que emulan la letra manuscrita (Almansa), hasta el acto de titular la obra como soporte para la referencia literaria (Martínez recuerda a Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll) o lexicográfica (Díaz redefine el lema bordar como“labrar con texturas un pedazo de nosotrxs que trasciende cualquier contexto”), o bien para jugar con la semántica y la morfología de las palabras (el “tomarse cinco minutos” de té, según Bouzada, o la mujer “Inspira-Dora” de Maisuls). La metáfora también se hace presente en“Una nueva sinfonía del corazón”(Taborelli), acaso como una versión poética y esperanzada de los tiempos imperantes.

Finalmente, el núcleo Tejiendo redes incluye una primera serie de imágenes femeninas bordadas (Pascucci) o atravesadas por hilos que las enlazan a una presencia fuera de cuadro (Fierro/ Saporiti). Estas figuras son evocadoras de lazos familiares y fraternales, que podríamos concebir en el sentido amplio de la hermandad de género, mientras nos hablan de la indumentaria y de lo textil como el testimonio de un momento histórico. Otras imágenes de unión o desencuentro enlazan distintas temporalidades, ya sea mediante la reminiscencia rupestre (Birkhofer) o mediante el uso de una técnica textil milenaria aplicada a diseños contemporáneos (Berghole).

Luego, una segunda serie de redes está compuesta por abstracciones que remiten al concepto de multitud organizada, donde la idea de diversidad está integrada al orden mismo de los elementos (Gómez/ Hauk/ Miccige). En una gradación que va de lo figurado a lo literal, una tercera serie está compuesta por lo reticular en su acepción concreta: telarañas (Algamiz/ Saulle), redes de pesca (Carone), tejidos artesanales al estilo de atrapasueños (Bulffe/ Llanos) y tramas experimentales fabricadas con diversos materiales (Kravetz/ Laborda/ Zlatkes).

En conjunto, las obras que integran el Salón Virtual proponen un ejercicio de contemplación basado en el reconocimiento de una materialidad múltiple. La mirada se detiene en la superficie de la imagen, donde procura identificar las texturas de una materia prima procesada digitalmente. Entonces, el placer estético surge del juego entre el lenguaje fotográfico, la creación o intervención textil y la exhibición virtual. Este complejo proceso genera una nueva obra, en la que la superposición de técnicas manuales y digitales exige una clave de lectura diferencial.

Sinlugaradudas,elcampoartísticoesparticularmentereceptivodelosgrandescambios sociales y asume sus propios desafíos en la actual coyuntura. Tal vez nos encontremos atravesando una nueva ruptura de narrativas, que demandará un reposicionamiento de los mecanismos de circulación de los objetos estéticos. El Salón Virtual del CAAT se inscribe en esta línea y constituye una invitación a seguir produciendo arte profundamente comprometido con la sociedad, en el nuevo orden que habitamos.

 

 

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