Miércoles, 03 Julio 2024

ANDRÉS WAISSMAN @ MUSEO EMILIO CARAFFA

Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 

ABGRUND
ANDRÉS WAISSMAN

Del Jueves 17 de Julio al 20 de Agosto

MUSEO EMILIO CARAFFA
Sala 2
Av. Poeta Lugones 411 Córdoba, Argentina.

El Museo Emilio Caraffa de Córdoba presenta la muestra Abgrund, de Andrés Waissman, un artista emblemático en el universo simbólico del arte contemporáneo argentino.

En esta ocasión, en los confines de lo real y de lo abstracto, Andrés Waissman a través de sus tres últimas series: Virutas, Blanco/Negro y Animales mitológicos, escenifica un mundo urbano contemporáneo, mediante el uso de elementos complementarios: pinturas, esculturas e instalaciones. Su obra provoca varias preguntas respecto al tiempo y el espacio, y moviliza nuestro imaginario. El aspecto tridimensional de la exposición nos proyecta plenamente a su universo y nos invita a compartir su testimonio sobre la evolución de la humanidad. El proceso de abstracción no es total, pero insinúa formas sin decirnos exactamente qué son. Apela a nuestra biblioteca imaginaria, incitándonos a buscar, en nuestras referencias personales, ilustraciones de monstruos o figuras mitológicas que nos llevan hacia un tiempo pasado o futuro, suscitando así nuestra propia proyección. El observador no puede quedarse pasivo y participa completamente de la experiencia visual. La alegoría de la sociedad contemporánea que nos propone Andrés Waissman está constituida por imágenes fuertes y profundas, creando esculturas con formas híbridas que parecen surgir directamente de sus telas pseudo-abstractas Blanco/Negro. Las Virutas, están hechas en lana de acero, material post industrial, duro y frío, que plasma la ciudad urbana en su densidad casi inhumana y experimenta en vivo el paso del tiempo en una sociedad que se oxida.*

Atela11

*Extracto de texto de Laetitia de Monteil

Máster en Dirección y Producción de Eventos Artísticos, La Sorbonne Nouvelle, París, Francia. Licenciada en Artes Plásticas, Universidad de Colombia Británica, Vancouver, Canadá.

"Ich denke, dass eine Menge von uns das sehr reale Gefühl haben, dass die Dinge außer Kontrolle sind, und dass wir uns am Rand irgendeiner Art von kollektivem Abgrund befinden".

"Creo que muchos de nosotros tenemos la certeza de que las cosas están fuera de control y de que estamos al borde de un precipicio de tipo colectivo".

Waissman, contemporáneo y geopolíticamente al sur de la periferia, interpela al mismo tiempo aquello de lo que trata la obra y la propia materialidad del arte contemporáneo. Abgrund, en su especificidad, reúne trabajos rigurosos plásticamente y habitados por la inquietud de un presente que oscila entre viejas incertidumbres y nuevas formas de certezas.

El Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Caraffa, es un museo ubicado en el Parque Sarmiento, en la ciudad de Córdoba, Argentina. Es dependiente de la provincia de Córdoba y fue construido en 1915 bajo la dirección del arquitecto Juan Kronfuss. La forma curva y la orientación del núcleo edilicio no sólo se debe a una caracterización arquitectónica: por sus vanos (puertas, ventanas, tragaluces, claraboyas) ingresa morigeradamente la auténtica luz solar hasta las salas internas de exposición. De este modo, el espectador de las obras de arte puede observar las obras en las salas expuestas con el color natural con que fueron concebidas; obviamente que cuando cesan las horas de luz solar las obras son, de forma sustitutiva, excelentemente iluminadas con focos de luz artificial. El edificio donde funciona, de estilo neoclásico, fue remodelado dos veces desde su inauguración y actualmente, -ampliado con un sector diseñado con la volumetría cúbica de la arquitectura estilo internacional-, dispone de 9 salas de exposición. En su interior se exponen muestras transitorias de artistas de Córdoba y Argentina principalmente. Como archivo artístico, su función es la colección, preservación, estudio, promoción y difusión de las artes visuales en Córdoba.

ABGRUND
Daniela Gutiérrez

Cada nueva muestra de un artista, hace resurgir la pregunta acerca del itinerario, de cómo se llega a esta obra actual, última. El antecedente inmediato está aquí mismo, y su presencia es testimonial. La serie anterior de Andrés Waissman, Viruta, estaba ya preñada de esta pintura. Su materialidad tridimensional y uterotópica tensionaba la utopía del progreso, hasta evidenciar su falla. Aquella serie de viruta(s)/matrices/matrix, con su doblez de endométrica hospitalidad e inclemencia urbano-industrial, se develaron sensibles al tiempo, oxidables, descarte. El artista nos las dio a ver de cerca, y entonces, sus filamentos rizomáticos y filosos, sus conglomerados y marañas mostraron la naturaleza de la ciudad posmoderna ya saturada e irrespirable. Si alguna vez esos nidos de metal semejaron estancias de cobijo, fue solo algo necesario, un primer momento para luego dejarnos ver el efecto del uso, el desgaste, las nuevas condiciones de la experiencia. El progreso no siempre es avance.

Este eco de la obra de Waissman es también el que pudimos oir hace unos años en Buenos Aires cuando se exhibió la obra de los fotógrafos de la escuela de Düsseldorf: ciudades ciclópeas y devoradoras que como las virutas, perdieron el centro porque se identifican con el territorio que ocupan. La serie de las Multitudes, que señalaba la dispersión extensiva del hombre errante, dejó su lugar a Viruta que, (como May Day de Gursky) marca la proximidad forzosa, y aunque parezca paradójico produce la misma asfixia que los espacios vacíos –de gente, de sentido- que vimos en las fotografías de Candida Höfer.

La palabra que mejor da cuenta de lo urbano, de lo fabril, de lo moderno y su desgaste es sin duda la que nombra topológicamente lo más verdadero de Multitudes y Viruta: densidad. Dispersa en el primer caso y bajo presión en el segundo, coexiste siempre un número indefinido de partículas y centros de acción. Superación extrema del romanticismo de la cercanía con el que los moralistas modernos han querido explicarnos la abertura del sujeto hacia el Otro.

El filósofo alemán Peter Sloterdijk sostiene que por dentro y por fuera de la cultura esférica global han surgido artistas capaces de metaforizar el nuevo estadío de la condición humana. Muchos, dice el filósofo sin dar nombres propios, en la periferia. El arte de Waissman, tiene esas cualidades que lo incluyen en la lista sloterdijkiana: "espumas multiesféricas -que en este sitio de la periferia es viruta- que interfieren en el aislamiento atomizador, multiplican la diversidad de las conexiones, la constante movilidad de los puntos conectados, y que potencian la irregularidad de la estructura totalizadora global. Habitar en la espuma desde las periferias significa que la idea misma de sociedad global resulta cuestionable, implicando una visión exterior a la burbuja propia, desde fuera de una totalidad estructurada, organizada y supuestamente inteligible". Desde esa mirada del borde argentino a lo global, surge ABGRUND, un borde abisal cuya maduración devino belleza convulsa, volcánica, reverberante en blanco y negro. Absolutamente contemporáneo, este trabajo es menos escena, más acto. Imposible no sentir el latido de un mundo desplegándose.

Waissman, al filo del abismo, se refugia el estrecho rincón de su intimidad, apartado de la justiciera luz de la razón común, y mientras más se adentra en lo oscuro, más iluminado va. Cada tela, cada escultura, es potencia de un mundo. Mutación anterior a la palabra, mutación de fantasías arcaicas desbaratan todo artificio a fuerza de luz. Animales mitológicos de formas extrañas, emergen de las sombras, como de la caverna platónica. Y el alma del artista, como la del que mira, se vuelve cera tibia donde esos animales/monstruos/formas, pueden hacernos saber algo de nosotros mismos.

El aura nocturnal de esta obra es el estado anímico que precede al acontecimiento que une el grito onírico primitivo a lo fundacional de un lazo social que todavía está cuajando. Lo innominable obrando contra la nada. La exquisita factura técnica de la obra de Waissman amalgama sobriedad y riqueza. No escatimar el material, dedicarle lo mejor evitando todo resto, es expresión de un belleza justa. Y en ese sentido el artista vuelve sobre sus pasos de forma renovada, puede ser el pintor contemporáneo y sostener con autoridad la ética de sus imágenes poderosas. Si sus cuadros de principios de los años ochenta nombraban ya lo innombrable del genocidio, si en pleno tiempo de derroche sus multitudes interrogaban acerca del destino de los excluidos, esas palabras no quedan fuera del silencio de esta obra.

Andrés Waissman es un artista que juega a geólogo; y hace mutar las sucesivas capas de su memoria en arte ético. Sabe que sólo puede haber sociedad si las llagas de la historia esculpen una salida del abismo y se dejan pintar, así: simples, potentes y bellísimas, como pliegues de porvenir, explosiones iniciales, movimiento, oleaje, estremecimiento, Big Bang. Terrible e irresistible vicio el de Waissman: situar en la pequeña puerta de lo instantáneo esos abgrund a partir de los que, justamente, hace pensable el advenir y la apertura de "otros mundos posibles".

Andres Waissman
Buenos Aires, 1955.
Artista visual. Waissman, es una figura emblemática del universo simbólico del arte contemporáneo latinoamericano. Se formó en talleres independientes. Sus primeras muestras individuales se realizaron en la galería Lirolay, Buenos Aires 1973 y 1977. Viajó a Europa en 1974 y trabajó en el taller de Augusto Torres en Barcelona y durante un año en 1978 con Antonio Seguí en París. En 1984 se radica en San Francisco, Estados Unidos, donde desarrolla una extensa carrera internacional. En 1992 regresa a Buenos Aires.
Ha realizado numerosas muestras individuales a nivel internacional y más de sesenta colectivas como por ejemplo, en Argentina: Centro Cultural Recoleta; Fundación Jorge Luis Borges, Bs. As.; CEC Centro de Expresiones Contemporáneas, Rosario; Museo de Arte de Tigre; ECA de Mendoza; Museo de Arte Contemporáneo de la ciudad de Salta, Museo Caraffa de Córdoba y Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, Provincia de Santa Fe; Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires; Palais de Glace, Bs. As. y muestra itinerante por Museo de Tandil, Museo de Olavarría y Museo de Bahía Blanca; Museo Nacional de Bellas Artes, Bs. As.; Bienal de Arte Sacro, Museo de Bellas Artes de Tandil; Museo de Arte Moderno de Buenos Aires; Centro Cultural Parque España, Rosario; Centro Cultural Nordeste, Universidad del Nordeste, Resistencia; Fondo Nacional de las Artes, Bs. As.; C.A.Y.C., Bs. As.; Museo Nacional de Bellas Artes, Bs. As; Museo Eduardo Sívori, Bs. As. y en distintas ciudades del mundo como: en Pinacoteca Barao de Santos, Bienal de Porto Alegre, Brasil; Museum Jan var der Togt, Amsterdam & Nijkerk, Salentein Kunst, Holanda; Kumho Museum of Art, Seoul, Corea; University of Essex, UECLAA, UK; Kerns Art Center, Eugene, Oregon; Santa Cruz State University, California; Monterrey Península Museum of Art, Monterrey; Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán, México; Galleria Civica d'arte Contemporánea, Marsala, Italia; Galería Barbara Frigerio, Milán, Italia; Richmond Art Center, California; University of Oregon, Eugene, Oregon; University of California, Los Angeles; San Francisco Arts Institute; San Francisco Arts Commission Gallery; y The Mexican Museum, San Francisco, entre otras.
Ha participado de prestigiosas ferias internacionales como Pinta Londres, Arte Lisboa; Arte Santander; Scope Miami, Miami International Art Fair; ArteAmericas Miami; Art Chicago; Chicago Contemporary and Classic Art Fair; Ch.ACO Santiago de Chile, MiART Milan Arte Contemporáneo, y ArteBA en Buenos Aires.
Sus obras figuran en importantes colecciones privadas y museos nacionales e internacionales como: University of Essex Collection of Latinamerican Art, (UECLAA) U.K.; MoLAA, Museum of Latin American Art, Long Beach, CA; Jack Blanton Museum of Art, The University of Texas at Austin; Judah Magnes Museum, Berkeley, California; Galleria Civica d´arte Contemporanea F. Pizzo, Palazzo Spano Burgio, Marsala, Italia; Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires; Colección Universidad Di Tella, Buenos Aires; Colección UADE, Buenos Aires; Museo Castagnino-MACRO de arte contemporáneo, Rosario; Colección Museo Killka, Mendoza, entre otras.
Algunas de sus series como Las Multitudes, El Alfabeto Perdido, las pinturas en esmalte blanco y negro de la serie Fondo de Ojo, los Animales Mitológicos y sus recientes Virutas, lo ubican como un artista de sello propio. Su obra constituye una búsqueda filosófica y política, además de plástica: un verdadero pensamiento en imágenes. El nomadismo, las migraciones son algunos de los conceptos con los que trabaja desde hace tiempo.
En el año 2005 se publicó el libro WAISSMAN (un artista peregrino) por Rodrigo Alonso y recientemente WAISSMAN, un documental de Eduardo Montes Bradley para PBS (Estados Unidos) que se presentó también en el Malba, Buenos Aires (2010).
Vive y trabaja en Buenos Aires donde desarrolla una intensa labor docente. Forma parte del equipo curatorial de Proyecto PAC – Prácticas Artísticas Contemporáneas, un programa anual de encuentros de análisis, crítica y producción de arte, junto a Eduardo Stupía, Gabriel Valansi, Rodrigo Alonso, Rafael Cippolini y Valeria González.

 

 

Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Dom
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
No hay próximos eventos!

Popular News

Newsletter

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.