El martes 2 de octubre a las 19 hs. tuvo lugar la cuarta edición del ciclo Especies de Espacios, Reflexiones sobre lo que nos rodea con el fotógrafo CHINO ZAVALÍA como orador invitado.

Comenzó contando su historia como fotógrafo hace 30 años, cuando "las casualidades y la suerte" lo llevaron a conocer a OSCAR BURRIEL, a comprar su primera cámara, a trabajar con URKO SUAYA, a viajar a California como petisero de caballos de polo y volver a Buenos Aires hecho un fotógrafo. A lo largo de una charla relajada, entretenida y llena de humor, el CHINO dio vuelta el formato y empezó a preguntarle al público: ¿por qué están acá? ¿quieren que les cuente algo distinto? ¿qué piensan de la fotografía? El encuentro terminó con una charla colectiva, orquestada por el intercambio entre el CHINO y PABLO CHIAPPORI.

CHINO ZAVALÍA en primera persona
"Dolores Navarro Ocampo, entonces Directora de Moda de Para ti, me había enganchado como asistente. Venía un tano a hacer unas fotos para una nota, yo lo acompañé a hacer las fotos. Cuando fueron a revelarlas, eran un desastre. Y le dije a Dolores que yo me animaba a hacerlas: tuve la suerte que la primera nota de mi vida fue siendo tapa. Ahí empecé a laburar de esto".

"Cuando voy al aeropuerto y en profesión pongo Fotógrafo, está buenísimo. Me encanta lo que hago. Trato de transmitirle a mis hijos lo importante que es hacer lo que te guste".

"Di la vuelta al mundo haciendo lo que me gusta".

"Yo soñaba con el motorhome, las luces de cine, la modelo brasilera. Después te das cuenta de que el motorhome es difícil de estacionar, que a las luces hay que cargarlas y que la modelo siempre se va con otro. Entonces cambiás esa fantasía por realidad".

"No hay nada mejor que hacer fotos con sonrisas".

"Empecé algo que se tornó en obsesión: sacarle fotos a las paredes de Buenos Aires. Si no uno se toma el tiempo de ver, hay un montón de cosas interesantes. De ahí salió el libro Ojo Chino".

"Yo durante muchos años trabajé con rollo hasta que llegaron las computadoras. Y traté de volver a la credibilidad de la fotografía: a mí me gusta el retoque que no se nota, que no afecta la imagen".

"Yo laburo con gente. Trato de sacarle lo mejor. Soy medio depredador, me gusta meterme adentro, molestar: sacarte lo que tenés, pero sacártelo de verdad".

"Sacar fotos con el teléfono tiene algo maravilloso: sos inofensivo, un turista más. Cuando viajás como fotógrafo y vas con cámara larga y bolsos, le querés sacar una foto a un chico y sale corriendo; el pescador o la boliviana te quieren cobrar".

"Una de las cosas más valiosas que tiene la fotografía es el poder de síntesis: en un mini segundo, vos podés contar algo que depende del lector para dónde va. La otra es que perdure".

"Me pone mal la cultura de lo efímero, lo descartable, la obsolescencia planeada: antes tenías rollos que si querías los revelabas en 70 años, hoy tenemos todo en miles de archivos, carpetas y discos que a veces no son compatibles. Y las cosas se pierden".

"Por eso de la espontaneidad es que me gusta sacar fotos con chicos".