Lunes, 08 Julio 2024

Silvina Aguirre @ Schlifka | Molina

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Vanitas
Silvina Aguirre

Del Jueves 15 de Mayo hasta fines de Junio

Schlifka | Molina arte contemporáneo
Gorriti 4829

 

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Ensayos sobre el cuerpo y la imagen
"Cuerpo hay ahí donde una terrible, imperiosa, inaguantable necesidad se impone ... cuerpo hay ahí donde un deseo, que se oculta para que se lo descubra, tiembla ser descubierto, tiembla no ser descubierto"

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Patricio Marchant

La última novela de Donna Tartt comienza con su protagonista, Theo Decker, recordando una visita junto a su madre al Metropolitan Museum of Art: "Los pintores holandeses –le dice ella frente a la imagen de un bodegón flamenco- sabían como representar ese límite de lo maduro dando paso a la podredumbre. La fruta tiene un aspecto perfecto pero no durará, está a punto de pasarse". Su descripción es precisa: la vanitas, la finitud del hombre y lo efímero de la existencia se aludían alegóricamente a través de estas pequeñas imágenes. Sin embargo, en el texto de Tartt, bastarán sólo unas páginas para descubrir que las palabras de la madre eran, en realidad, presagios de su propia muerte.

La primera muestra individual de Silvina Aguirre surge como una reflexión sobre la vanitas pero no hay naturalezas muertas que representen la fugacidad de la vida sino rostros y cuerpos hermosos. Las imágenes que su pincel construye tienen rasgos conocidos: estamos frente a obras maestras de la pintura flamenca y holandesa de los siglos XV y XVII. Sin embargo, Aguirre las vuelve a pintar concentrándose sólo en sus expresiones y sus atuendos, sus aspectos más efímeros. ¿Hasta cuando durará el nudo en el sombrero rojo del hombre de van Eyck? ¿Cuánto tiempo mantendrá su gesto adusto la joven de ojos almendrados pintada por Petrus Christus? ¿Durará el pliegue del tocado blanco sobre los hombros de la mujer de Rogier van der Weyden?

Cuando Vermeer pinta su Joven de la Perla, la fugacidad la construye no sólo con la expresión sino con la luz. Su rostro parece apenas un instante detenido que inmediatamente se desvanecerá, se hundirá en la oscuridad detrás, su mirada desaparecerá. ¿Qué nos oculta el pintor en ese reverso de la imagen? Quizá esos mismos caracteres trágicos que supo esconder en otras pinturas. En su Vista de Delft –aquella imagen que hizo morir al personaje de Proust- Vermeer nos muestra los edificios más importantes de la ciudad a la luz del atardecer. Sin embargo, elige la única vista desde donde podía ocultar el estado de destrucción en que había quedado Delft luego de la explosión de un polvorín unos pocos años antes. La ciudad está en ruinas, lo sabemos, pero no podemos verlo.

Frans Hals también sabe que del banquete de los oficiales de la orden de San Jorge de Haarlem sólo quedará la pintura: ni las risas, ni las uvas, ni el vino. La fruta tiene un aspecto perfecto –nos decía el personaje de Tartt- pero no durará.

Sin embargo, sólo en un primer nivel de lectura las obras de Aguirre son meras citas a la pintura holandesa y flamenca y, a través de ellas, a lo efímero de la vida; en un segundo, se convierten en el espacio donde se entrecruza la vanitas con el problema del cuerpo de la pintura. Es ahí donde las referencias cobran sentido más allá de la mera representación: volver a pintar esos rostros evoca ese preciso momento donde la tematización de la fugacidad de la vida corría en paralelo a una reflexión sin precedentes sobre la propia condición de la imagen.

En aquel siglo XVI, las disputas entre católicos y protestantes hacían de la imagen un campo de batalla. Para la Reforma, quitar los cuadros de las iglesias era una forma de enfrentar a Roma, destruir las pinturas era, en última instancia, destruir al Vaticano. ¿Pero qué razón justifica dar cuerpo hoy a imágenes que circulan incesantemente por la web? ¿Qué sentido tiene repetir los gestos de pincel que generaron esos rostros?

Algunas de las respuestas pueden encontrarse en un tercer nivel de interpretación sobre su obra, aquel que se ubica en el umbral entre el territorio de la pintura y la performance. En un momento donde la reproducción digital permite la duplicación exacta e inmediata de la imagen, ella se decide por la actividad meticulosa y pausada de su propio trabajo: los tiempos con el lienzo se miden en meses, la reproducción de un detalle en semanas. En su propio relato, ella describe al acto de pintar como un gesto performático donde repetir es también una forma de generar una particular relación con la imagen.

Sin embargo, todo ese tiempo acumulado espera por lo que sucederá en la galería. Allí, en el breve lapso que dure la performance, Aguirre ensayará la posibilidad de una experiencia compartida. Como un reino al que jamás se vuelve, el contacto, la proximidad y el roce serán apenas el instante donde el deseo devele su contracara, la violencia. Cortar un cuadro es un gesto de doble irreverencia -frente a las pinturas canónicas y ante su propio trabajo- pero también un acto que daña porque desea: los tajos quiebran la tela pero al mismo tiempo abren los espacios para que penetre un cuerpo.

Pero esta vez, será el paso final el que devele la relación secreta de las piezas. En el centro de la sala reconocemos un cuerpo, sus rasgos indiciales todavía conservan su forma. Si en la tela la artista se apropia de imágenes lejanas, aquí gira hacia lo más próximo: se ha sumergido en yeso y transformado su huella en fuente de agua bendita. En algún momento, alguien se acercará y beberá. Podríamos reconocer una última referencia a la pintura flamenca -allí donde el problema de la imagen derivaba de la discusión por la eucaristía- pero quizá para Aguirre este sólo sea el ensayo final. Sin embargo, este gesto tampoco durará y, como de las palabras frente al bodegón flamenco, sólo nos quedará el recuerdo.

Agustin Díez Fischer

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Silvina Aguirre
Muestras (selección)
2014- Vanitas, exhibición individual en Schlifka | Molina
2013- Muestra colectiva Feria "Just Mad" galería Panal. Madrid. España.
2013- Muestra colectiva "Nenúfares" galería Mundo Dios. Mar del Plata. Argentina.
2012- Premio Petrobras ArteBA. Curadora: Victoria Noorthoon.
2012- Muestra "Composition #2". SlyZmud Galería
2011-BSM Open Studio- Fundación Rozemblum. Curador Julio Sánchez.
2011- Muestra "Colectiva". Galería Vasari.
2011- Muestra Colectiva "Paisajes inciertos". Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Pintura.
2008- Muestra Colectiva "Premio de Fotografía Contemporánea Metrovias". Mundo nuevo Galery Art.
2008- Muestra Colectiva "Putas". Pintura. Centro Cultural Ricardo Rojas. Curadoría Máximo Jacoby.
2007- Muestra colectiva ' Encuentro Angular'. Pintura. curadoría Máximo Jacoby. Galería Mapa Líquido.
2005- Muestra colectiva. Instalación de video. Viper Basel exhibition . Bael, Suiza.

Workshops (selección)
2009 Taller de análisis de obra Sergio Bazán.
2008 Taller de análisis de obra con Tulio De Sagastizábal.
2007 Clínica con Dino Bruzzone.
2004 Escultura Miguel Harte.
2000 Escultura con Oscar del Bueno.

Premios
2012- Premio de artes visuales Petrobras-ArteBA. Curadora Victoria Noorthoon.
2008- Mención de honor en el "Premio de Fotografía Contemporánea Metrovias".
2005- Seleccionada para la participación en Viper Basel exhibition (Suiza).
2004- Selección en el premio Fundación Telefónica en la categoría video experimental.
2002- Finalista Beca Fundación Antorchas. Hypermedia Studio. UCLA
2000- Mención honorífica del jurado en "Arte Digital 2000" organizado por el Museo Nacional de Buenos Aires y Prodaltec.

Schlifka | Molina arte contemporáneo
Gorriti 4829
+54 11 4831 6771
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www.schlifkamolina.com.ar

 

 

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